Qué es valorar el cuerpo?
Es reconocerlo en uno mismo y en los demás, no sólo como un
elemento material más, sino, más bien, como medio de expresión del yo-tú, del
lenguaje de nuestro espíritu, de la conexión con todo el entorno.
Nuestro cuerpo representa nuestra historia de vida. Mediante él
podemos expresarnos hacia los demás y encontrar un significado en la relación
con el otro. Formamos vínculos con
nuestra expresión corporal. Gracias a nuestro rostro manifestamos nuestras
emociones a través de la mirada, de la sonrisa, de toda nuestra gesticulación.
Igualmente, nos conectamos con los que nos rodean. Podemos sentir por nuestra
corporeidad.
El “cuerpo” es elemento constitutivo, esencial para la persona. Y
esto trae varias consecuencias positivas:
– Si el cuerpo forma parte de la esencia del ser; estimarlo,
valorarlo, respetarlo y cuidarlo son consecuencias naturales de ese aprecio por
nosotros mismos.
– Como consecuencia de amar nuestro cuerpo, aprendemos también a
estimar el cuerpo del otro como queremos que nos valoren.
– No “cosificar” a la persona sino valorarla por lo que es y no
por lo que tiene, así evitaremos la manipulación del otro y nos haremos
respetar también.
Como padres se tiene una responsabilidad fuerte de enviar mensajes positivos respecto a
la propia valoración corporal. A veces puedes escucharte a ti
mismo y concienciar tu lenguaje. Cuando te miras al espejo y hablas de las
cosas que no te agradan de tu cuerpo estás modelando poco aprecio por ti mismo
y tu hijo lo va aprendiendo. Cuando los niños escuchan a mamá o papá decir que
se sienten en desacuerdo con su propio físico, evidentemente, es un auto rechazo y comienzan
también a buscar aspectos negativos de su propia imagen. Esto
pasa también cuando se descalifica a los niños respecto a su imagen corporal,
por ejemplo, cuando se les hace comentarios como “me gustaría que fueras más
alto” o “me gustaría que fueras más delgado”.
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